«Amando a los faltos de amor»
Jesús dijo que nuestra recompensa será grande, no cuando amemos a los que ya nos aman, sino cuando amemos a «los ingratos y los malos» como Dios los ama.
Si estás casado con la persona más piadosa, amable, entregada y reflexiva que jamás haya existido, esa será tu recompensa: no habrá reconocimientos especiales en el cielo por haber tenido un matrimonio más fácil que la mayoría; mientras tú hayas estado pasando unos años muy placenteros, a otros esos años les estarían reservados para la eternidad.
Si tu cónyuge, por el contrario, no te valora, puede que nunca seas apreciado aquí en la tierra, pero llegará el día (¡Jesús lo ha prometido!) en que verás cara a cara a tu Suegro celestial y Él te dirá: «Amaste a mi hijo (o hija), aun a pesar de sus defectos y dificultades, por esto tiene la recompensa de gozar de mi Reino.
Ahora es importante que se hagan esta pregunta: ¿cuántas veces te ves atrapado en tu matrimonio en luchas por cosas que, al final, tampoco importan tanto? ¿Cuántos problemas matrimoniales se resolverían si las parejas, LEYERAN JUNTAS LAS SAGRADAS ESCRITURAS, MEJORARAN LA COMUNICACIÓN, MANTUVIERAN EL AMOR FRESCO Y DIVERTIDO.
«Si sus vidas no son un viaje hacia el cielo, se convertirán en un viaje hacia el infierno». Si tu verdadero deseo es vivir de esta forma, habla con tu cónyuge y háganse esta pregunta: ¿cómo está influyendo la esperanza del cielo en la forma en que se aman, la forma en que educan a sus hijos, la forma en que gastan el dinero o gastan el tiempo?
wow muy lindo
ResponderEliminarAsí es, debemos amar a todos incluyendo a los falta de amor y contagiar del Espíritu de Dios. Que gran artículo.
ResponderEliminarLes agradecemos las hermosas reflexiones, donde nos ayudan a mejorar nuestra relación de pareja
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